La elaboración de un storyboard está en función directamente proporcional con el uso: en publicidad a menudo es mucho más general, para que el director y el productor aporten con su talento y enriquezcan la filmación, mientras que en cine es mucho más técnico y elaborado para que sirva de guía a cada miembro del equipo de trabajo.
En el cómic, el storyboard puede ser muy complejo o muy simple, y puede estar realizado en muchas técnicas distintas, aunque preferentemente se usa el lápiz. Suele usarse para hacerse una idea de la distribución de las distintas viñetas dentro de la página, muchas veces para que el guionista se haga una idea de cómo quedará ésta y haga las modificaciones oportunas. Además, también ayudará a ver si las escenas quedan repetitivas
Gracias a esta planificación, no hará falta comenzar siempre en el orden lógico. Muchos autores no siguen el orden desde el principio hasta el final, si no que primero hacen las escenas más espectaculares y luego se centran en las más sencillas (como los primeros planos)
El proceso de storyboarding, en la forma que se conoce hoy, fue desarrollado en el estudio de Walt Disney durante principios de los años 1930, después de procesos similares que fueron empleados en otros estudios de animación. El Storyboarding se hizo popular en la producción de películas de acción viva durante principios de los años 1940.