Los orígenes
Existe una fuerte controversia sobre cuál fue la primera historieta, en función de si se usa una definición más o menos restrictiva. El punto de vista mayoritario, representado por numerosos autores como Scott McCloud, es que la historieta tiene precedentes muy antiguos. Se considera que las pinturas rupestres, como la de Lascaux, pueden ser consideradas como historietas, ya que relatan historias mediante imágenes. Los frescos y relieves de la antiguedad también se ajustan a esta definición; así contamos con los jeroglíficos egipcios, los bajorrelives de la columna trajana, los glifos de los manuscritos mayas o el arte emaki japonés como antecedentes del cómic.
Ya en la Edad Media, podemos encontrar las vidrieras y los tapices como métodos de contar historias, arte que sería mejorado (y más acercado al término actual) gracias a los manuscritos iluminados, que pueden considerarse los primeros libros de historietas.
Las Cantigas de Santa María, realizadas probablemente entre 1260 e 1270 por el taller de Alfonso X «el Sabio», son consideradas como el manuscrito medieval más próximo a un cómic actual. Junto con la Biblia Maciejowski (norte de Francia, c. 1250), las Cantigas de Santa María, son el primer libro ilustrado con texto al pie de ilustraciones cerradas (que tienen el carácter de viñetas) de las que había más de una en una página.
Sin embargo, otros estudios consideran a la historieta como un producto cultural que surgió en paralelo a la evolución de la imprenta y de la prensa. De este modo, una historieta sólo lo sería en tanto que sea reproducida por medios mecánicos y difundida masivamente.
Obras tempranas en las que se reconocen algunas peculiaridades de las historietas editadas, son A True Narrative of the Horrid Hellish Popish Plot (c.1682) de Francis Barlow o The Punishments of Lemuel Gulliver de William Hogarth (1726). Otros autores destacados de esa época fueron Thomas Rowlandson, James Gillray, Jan Vandergucht, y George Cruikshank. Rowlandson y Gillray fueron los inventores del moderno globo de texto. Además, Rowlandson, que se especializó en la sátira política, sentó las bases de lo que sería la tira cómica y popularizó el uso de la viñeta.
En estos años, muchos autores también empezaron a innovar en el mundo de la historieta. Ciclos morales de William Hogharth, por ejemplo, desarrollaba la carrera de un personaje en una decena de grabados.
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