
Las historias comienzan a aumentar en calidad, los escritores y dibujantes adquieren un estilo característico del comic al que ahora se le llama «americano» (sic, por estadounidense) y surgen historias de detectives, científicos y personajes más atractivos y con habilidades superiores a las humanas, siempre salvando al planeta o a su comunidad de una catástrofe mayor.
En 1938 llega el primer superhéroe: Superman, creado por Joe Shuster y Jerry Siegel. Posteriormente, otros como Batman, La Mujer Maravilla o el Capitán América.


En los sesenta, Marvel Comics publica Los Cuatro Fantásticos y, luego El Hombre Araña, El increíble Hulk, Los Vengadores, X-Men y otros, renovando el éxito del género. Si bien se continuaba apelando al patriotismo estadounidense, esta vez enfocado contra la Unión Soviética y China (adversarios de EE. UU. durante la Guerra Fría), el resurgimiento del género se debió a la creación de personajes más complejos y menos unidimensionales que los preexistentes. Esto se debió en gran medida a Stan Lee y Jack Kirby, creadores de la gran mayoría de dichos títulos de Marvel.
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