Espacio y tiempo de la viñeta
Es obvio que la viñeta es una noción de espacio, ya que dentro de la misma se selecciona una porción de la realidad. Para leer o recorrer estas viñetas se necesita también un espacio de tiempo que no es solamente físico, si no también psicológico. Esto irá determinado por varios factores:
- Tamaño de la viñeta: se lee antes una viñeta pequeña que una grande. Además, y como seguimos el orden de lectura, se tarda más en leer una viñeta alargada horizontalmente que una alargada verticalmente.
- Información visual: se lee antes una viñeta con poco dibujo que una con muchos detalles. Si los detalles aportan detalles importantes, también necesitarán ser leídos.
- Información textual: se lee antes una viñeta con poco texto que una con mucho, al igual que se tardará más en una con más bocadillos. Además, la complejidad del texto también hará que su lectura sea más o menos rápida.
Mientras que a la viñeta se le podría considerar como un instante, a la página se le debería entonces tomar en cuenta como una secuencia de instantes. Al crear una página y hacer que las viñetas vayan acompañadas las unas de las otras, estamos uniendo momentos. En función de lo próximos que estén en el tiempo esos momentos, o de la cantidad de momentos que queramos mostrar, la página durará más o menos.
El hecho de variar la longitud de lo que estamos contando, dependerá del cómo queramos contarlo y del ritmo que queramos imprimirle a la historia. En la mayoría de los casos, conviene decidir cuáles serán las acciones de la página, pues dar a todas las páginas una composición demasiado dinámica puede hacer la lectura demasiado confusa, al igual que hacerlas todas demasiado lineales provocará pesadez en la lectura. La lectura ideal deberá tener escenas más calmadas que se puedan alternar con las dinámicas, para que no se cree una sensación de desorientación en el lector.
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