Sus Autores Judith Gociol y Diego Rosemberg, editado por Ediciones de la Flor, Año 2000.
Las "Genealogías" son veinte y responden, para Gociol y Rosemberg, a "una clasificación —también arbitraria y discutible— que permite hacer conexiones a lo largo del tiempo". Como señala Pablo De Santis en su brillante prólogo, aquí "El personaje aparece antes que el guionista, el dibujante o las peripecias editoriales". Esta parte es la más vital y creativa del libro, pues se puede empezar por un tema como "Los cowboys" y seguir con "Las mujeres" o "Los sicarios", como si se estuviera consultando un diccionario.
Una dificultad crítica es reseñar estas "Genealogías", pues son tan apasionantes que habría que reproducir la mayor parte del ensayo. Así, en "Los animales" nos encontramos con el humor de Clemente y de Diógenes y el linyera, y desde allí podemos saltar a "Las ciudades" y las audaces y misteriosas geometrías de Parque Chas. O del desopilante Cazador en "Los héroes y superhéroes" a un atormentado y solitario Alack Sinner en "Los detectives". En el "Índice Onomástico", que se incluye al final del libro, se mencionan a más de setecientos personajes.
Otro de los méritos que deben señalarse es la excelencia del abundante material gráfico que ofrece La historieta argentina y los acertados comentarios que se vierten sobre los rasgos estilísticos de los dibujantes. Los autores han concretado un estupendo y concienzudo trabajo de investigación, apuntalado por las numerosas citas y los valiosos testimonios que acompañan al texto.
Este libro depara un auténtico placer visual y una rotunda emoción nostálgica, y puede leerse con el mismo placer con que se leían aquellos famosos Libro de Oro de Patoruzú o los emblemáticos El Libro de Fierro. Como enunció André Malraux (según la introducción de "Las ciudades"), Buenos Aires es "la capital de un imperio imaginario", es decir de un país que dio al mundo historietas memorables.
Autor del texto | Germán Cáceres
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